dilluns, 19 d’agost del 2013

Elogio de la Ciudad, y menosprecio de la vida campuebluna

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estimadas lectoras o lectores: 

Ya de por sí, difícilmente podría haberse puesto fin a este blog sin proceder a editar en él algo tan básico y esencial como lo que se expone en este post, cuya primera formulación ya introduje, en forma de comentarios, y dando lugar a una fuerte polémica, en el hoy en día tan elitista como decadente blog The Oil Crash, ---[ blog que, eso sí, conserva íntegro su valor enciclopédico como óptima fuente de desmentidos del tecno-optimismo, la "religión" de nuestros tiempos que, en lo que habitualmente denominamos mundo desarrollado u "occidental", cuenta, a día de hoy, junto con el ateísmo, con el mayor número de fanáticos y fanáticas seguidoras ]---

Añadámosle a ello que, a nivel mental y ético, quienes me acosan y acusan no son sino una pandilla de cerriles cermeños ultraconservadores campueblunos, por más  "viajados" que sean o más "sólida formación" laureada o titulada puedan exhibir algunos de ellos sobre lo que sea, recuerden aquello de que "aunque la mona se vista de seda,..." cermeña se queda la gay Pitagorín Herodes Mengele o su cohorte familiar implicada en estos delitos, incluido el de utilización de menores para llevar a cabo acciones delictivas. 

Así que el "resultado final" no podía, ni puede, ser otro que el de la publicación aquí, en un lugar sagrado, de una de las cuestiones esenciales que la Humanidad ya debería de haber tenido resuelta a día de hoy para evitar el colapso que nos conducirá, por el contrario, no a ninguna razonable reruralización, como optimistamente piensa aún posible nuestro bienintencionado Félix Rodrigo Mora, sino al triunfo definitivo del cermeñismo y el campueblunismo, cuanto más inculto y represor, mejor. 

Porque esas dos citadas cuestiones, el cermeñismo y el campueblubismo, son justo las lacras que, junto con la de la dificultad objetiva de ganarse la vida, impulsaron a prácticamente todo el mundo a abandonar esos entornos tan sumamente miserables no sólo, ni a veces principalmente, a nivel material, habiendo sido esta dificultad material, que no se ha de negar, la excusa perfecta para acabar de completar el cuadro, y huir, por fin, de ese infierno total que supone el campueblunismo, quizá la forma de vivir más degradada que jamás haya tenido la Humanidad a lo largo de sus tres millones de años de Historia.   

Venga, al post en sí, porque, si no, esto puede resultar interminable :-) 




dissabte 5 de gener de 2013

Elogio de la Ciudad, y menosprecio de la vida campuebluna

(que no de la vida campesina, que ésa sí que me merece todo mi respeto)--- 

Queridos lectores o lectoras: 


Civilización viene de civilis, ciudad. 

¿Por qué una o un urbanita vegetariana ha de tener que saber cómo se mata un pollo? Pues porque sobreabundan quienes creen (porque lo que es pensar, poco piensan) que la solución a nuestros problemas actuales y futuros pasa por retroceder hacia la noche de los tiempos, y cuanto más deprisa mejor, en vez de comprender que no habrá más salida posible que la conjunción de lo arcaico, pero válido, con lo debidamente innovado por el talento y la cultura humanas. Por poner un caso: Bosques de alimentos, sí, volver a trabajar la tierra rompiéndose el espinazo con el arado romano, para quien le guste, y siempre y cuando no estorbe mucho, o perturbe en exceso los necesarios equilibrios de Gaia. 

En esta tesitura, nos encontramos con que, al menos en Europa, para poder llevar a cabo los debidos pasos hacia una necesaria reruralización, lo primero que habría que hacer, lisa y llanamente, sería expulsar del campo a la mayoría (no a todos, ojo) de quienes, hoy en día, viven en él, gente intolerante y consumidora a espuertas de energía con sus modelos de cultivar o criar ganado totalmente insostenibles, que se creen poseedores de derechos especiales no se sabe bien en virtud de qué, que abominan de los libertarios, los homosexuales, o de las madres no debidamente casadas, partidarios acérrimos del garrote y la mano dura, y, por supuesto, con un concepto patrimonialista de la tierra que es, sencilla y abiertamente, insostenible, porque la totalidad de las tierras deberían de ser comunales. Rústico o urbano, erradicar la propiedad privada del suelo, una vez destruido el patriarcado, debe de ser la siguiente de las prioridades. 

¿Y a la hora de preservar el saber sobre papel y poder acceder al mismo? Una Biblioteca de Alejandría en cada Granja será sencillamente imposible, pero sí que podría haber una, o más, en cada gran ciudad. 

Todos, absolutamente todos los avances sociales se han gestado en las ciudades, y también el progreso de las concepciones más tolerantes. ¡Vaya!, pero si hasta los delincuentes lo tienen mucho más fácil a la hora de sobrevivir y ganarse la vida en la ciudades, donde ahora los mantenemos más o menos semi controlados y confinados "de facto". Ahora bien, mejor ni contar la que se puede armar como se hayan de vaciar todas las ciudades ¿O es que ya no se acuerdan del bandolerismo? 

Aparte de todo, una ciudad debidamente tridimensional, compacta y de no más de diez, doce kilómetros de diámetro, ahorraría comparativamente mucha superficie a la hora de que cada cual tenga su propia vivienda, salvo que pensemos en granjas rascacielos, que tampoco se debería de descartar. 

Y no tienen por qué ser ningún sumidero especial de energía pues, con tales dimensiones, muchos de los desplazamientos, si se dispone de tiempo, se podrían hacer a pie, en patines o en bicicleta (o en bici-taxis), con lo que de paso estaría todo el mundo más vigoroso y sano. Y las mercaderías, igual, transporte en bicis adaptadas, o con carretillas portadas a mano, en fin, algún vehículo eléctrico o de biocombustible hará falta para cosas de elevado peso o volumen o para la recogida de (las mucho menores) basuras, pero poca cosa en realidad... 

Sin ciudades grandes, y por más que consiguiéramos preservar Internet, adiós a cualquier progreso en el campo de la investigación, el conocimiento, la cultura que tan necesaria va a resultar en el futuro, adiós a cualquier progreso real posible excepto al espiritual, y ni aun ése. Por decir algo, adiós al Hospital Clínic (si es que CiU && ERC no se lo cargan antes) o a la Facultat D'Arquitectura, no solamente lo negativo ha surgido de las ciudades. Además, tienen la ventaja comparativa de que conoces a muchísima más gente, con lo que puedes hallar con mucha más facilidad personas con la que sientas gran afinidad, al tiempo que te permite ignorar, en vez de odiar, a quienes te caen mal. 

Nueva York, Los Angeles, Londres, París, Sao Paulo, Ciudad de Máxico, Tokio, Buenos Aires, el mismo Madrid o la gran Barcelona, qué duda cabe que son disparates donde las ventajas de las ciudades se convierten de nuevo en inconvenientes, todo vuelve a quedar lejísimos, y por mucho que se optimicen los recursos, son sencillamente insostenibles. Pero, ¿y qué pasa con ciudades como, por ejemplo, Barcelona término municipal, puerto de mar, menos de cien km2 y 1'75 millones de habitantes? ¿Se hacen idea de lo sumamente agradable que, simplemente eliminando el tráfico en superficie, se vuelve cualquier ciudad? Si no se lo creen, les invito a que vayan a cualquier manifestación, y entonces comprenderán a qué me estoy refiriendo. 

Y con unos pocos y pequeños cambios (como abandonar toda edificación en laderas, colinas o serraladas o montañas), los insumos de energía precisos para mantener una ciudad así, perfectamente caminable, tampoco serían tan disparatados, pues solamente la "factura" de poder llevar el agua a tal urbe, y su posterior saneamiento, tendría realmente cierta entidad. 

En fin, a mí nunca me han acogido mal en ciudad alguna, cosa que no puedo decir, en cambio, de según qué sitios más o menos rurales (tampoco en todos ni mucho menos, aclaro aquí por si acaso), y a mi vez, a quienes visitan mi Bcn City, vengan de donde vengan, y sean turistas o inmigrantes en busca de empleo, siempre los acojo con mis mejores deseos y la mejor de mis sonrisas... sobre todo si son guapas chicas, je, je,... , machista no, pero masculinista, a tope :-) 

Porque es así, hace años que, en las ciudades, acogemos a la gente, independientemente de que vengan de Nueva York o de Sant Salvador de Guardiola (un pueblecito de Catalunya, Europa), exclusivamente en función de su actitud hacia nosotros. En cambio, en según qué medios rurales, no hay manera. Si te mantienes distante y cortés, entonces te tildan de altivo capitalino, pero si intentas poner calor humano al contacto, entonces rápidamente, de una u otra manera, te "ponen en tu sitio" o hasta te echan en cara que "qué se habrá creído el tipo éste, para andarse con tantas familiaridades". 

Además, mientras en Barcelona hace decenios que (salvo en bromas internas entre quienes lo somos) no llamamos paleto a nadie, en esos lugares rurales, para mi desencanto, ni siquiera han innovado para definirnos a los y las capitalinas, siempre el mismo rollo de "camacos" o "pixapins", es como para vomitar. Si por lo menos nos fueran dando nombres nuevos, a lo mejor acababan por comprender que la mayoría de los urbanitas somos tan sencillos o complicadas como los demás. Pero nada, erre que erre, camacos, pixapins... 

Yo, en general, estoy con quienes desean y esperan que las cosas se expongan con calma, educación, y a poder ser también con dulzura o buen humor. Pero he de decir, sin embargo, que, en ocasiones, la vida me ha enseñado que no hay otra forma de exponer según qué cosas ante según quién que la de dar un contundente puñetazo sobre la mesa, única forma de que mucha gente preste atención a determinadas cuestiones cruciales, por más que, de entrada y durante algún tiempo (y con la excusa de que "no son formas de decir las cosas" cuando lo que en verdad les "duele" son los fondos), lo rechacen frontalmente. 

Además, es un hecho que así les allano el camino a quienes, después, son capaces de exponer más o menos lo mismo que yo dije, pero de una forma mucho más correcta y educada, con lo que la "contraparte", una vez superado el disgusto que les pudo producir mi intervención, se muestran al fin predispuestos a plantearse el fondo del asunto, cosa que no habrían hecho de haber sido esos posteriores mensajeros o mensajeras quienes les hubieran traído tales "molestas nuevas", o expuesto tan "inoportunas ideas". Todas y todos somos diferentes, y todos tenemos nuestro papel a desempeñar. 

¿Y a qué cuestión tan trascendente puedo estarme refiriendo como para seguir erre que erre con la mía? Pues ahí van, ya que son dos aunque es la misma. 


Primera.- 

Si finalmente se ha de producir el retorno masivo de urbanitas al campo, olvidaros de que tal retorno lo vayamos a hacer con el rabo entre las piernas y humillados, pues tan culpables del desastre global somos unos como otros, y ni yo ni nadie que realmente piense en buscar caminos reales de superación de la actual crisis vamos a aceptar caducos y perniciosos conceptos como el de la propiedad privada sobre la tierra o sobre cualquier equipamiento, bien o servicio de cierta entidad o cuantía. Y los urbanitas somos aplastante mayoría, y aquí estamos hablando de respetar la dignidad y la propia vida de todo el mundo. 


Segunda.- 

No soy cristiano, ateo, musulmán o judío, sino panteísta materialista. Sin embargo... ¡cita bíblica, La Torre de Babel! 

"Toda la Tierra hablaba una misma lengua (¿internet?) y usaba las mismas palabras... 

"Los hombres... se dijeron unos a otros: 'Ea, hagamos ladrillos y cozámoslos al fuego'. Se sirvieron de ladrillos en lugar de piedras, y de betún en lugar de argamasa. Luego dijeron: 'Ea, edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo..." 

"El Señor descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban levantando, y dijo: 'He aquí que todos forman un solo pueblo y hablan una misma lengua, y éste es sólo el principio de sus empresas. Nada les impedirá llevar a cabo todo lo que se propongan'. 

Y continúa el "Señor": 'Pues bien, descendamos y confundamos su lenguaje para que no se entiendan los unos a los otros'. Así el Señor los dispersó de allí por toda la Tierra, y dejaron de construir la ciudad. Por eso se llamó Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de todos los habitantes de la Tierra y los dispersó por toda su superficie. 

O traducido al (en general, totalmente nesciente y acultural) lenguaje laico: Un mundo sin ciudades de entidad es un mundo en el que habremos vuelto a fracasar, como hace miles y miles de años, con lo que, para tal viaje, no nos harán falta alforjas, basta con no hacer nada de nada, que ya la implacable lógica, por sí sola se impondrá y nos dispersará, y nos volverá a hundir en las tinieblas de la ignorancia y la superstición, y el dominio de los más brutos, vuelta al bandolerismo más o menos rural, las violaciones de desconocidas o de niños como deporte o para matar el aburrimiento, en fin todas esas delicias típicas y clásicas de la vida campuebluna de no hace tantos siglos, el XIX sin ir más lejos, para qué hablar de la Edad Media. 

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Sí, dissabte (sábado) 5 de gener (enero) de 2013, justo el mismo día en que el mencionado Pitagorín, envidioso criminal asesino de almas y de la felicidad, siguiendo con el plan general me dedicaba su pudibundo fascista post contra mí donde me acusaba de drogadicto, cosa que admito ---[ pero no más allá de la normalidad, otra cosa es si las drogas son legales o no :-) ]---, y pederasta, cosa por completo falsa, pues ni ando ni he andado jamás por ahí buscando menores a quienes seducir o de quienes abusar, sencillamente porque, al igual que la inmensa mayoría de la gente, racional o no, aparte de quererlos (porque es obvio que en general son mejores personas que no los y las adultas), no los puedo considerar, ni lo hago, objetivo "apropiado" en según qué terrenos o para según qué actividades ;-) :-P  

saludos cordiales :-)  
ET & forrest gump. 
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